Así damos inicio a esta balada,
Al mismo tiempo, que mi padre decidió no internar a su madre, mi madre decidió hacer lo mismo con su hija, y siendo diferentes el tipo de tratamiento que les dieron, algo muy fuerte los unía a los dos en esta decisión, el qué dirán......... Parece ser que ambos, tenían ante la mirada del afuera, un miedo, una vergüenza, un sentimiento de deber ser profundo. Me viene a la cabeza un nuevo recuerdo, el día que llegué a casa del Jesús en el Huerto, donde cursaba mi tercer grado, y mi madre me dio una fuerte paliza, gritándome que debía inmediatamente llamar a mi compañera de banco, y decir que todo lo que le había contado, era producto de mis fantasías, o de mis sueños, pero que nada tenía que ver con la realidad. Yo adoraba a esta nena, era hermosa y muy buena, y nos estábamos haciendo amigos, Lemos y Vigil, y no sé si por complicidad, por obtener su confianza, o por una necesidad de catarsis, me abrí a ella plenamente, contándole lo más mío. Con tan mala suerte, que ella tenía una hermana de la misma edad que la mía, en el mismo curso, y cuando a la noche, en la cena de su casa, Vigil contó mi relato, ya que no podía medir todavía que lo que en casa sucedía. para una nena, para ese afuera tan temido por mis padres, era un poco fuerte, ella necesitó compartirlo, y su hermana habló con la mía, y así como siempre pasó, mi hermana se lo contó a mamá, y me vi obligado a mentir, a casi sin dormir de la culpa, llegar a la mañana siguiente, después de la tortura que se prolongó desde mi llegada a casa hasta mi vuelta al colegio, y con vergüenza, me desmentí, sabiendo que estaba perdiendo algo, que estaba dejando atrás mi verdad, y rompiendo código. Yo solo hablaba del miedo que sentía de noche, cuando los gritos de mi abuela, que era maltratada por su hijo a golpes, ya que no lo dejaba dormir, y como ella estaba atada a una camita, que había sido mía, de muy chico, ya que era por la edad, casi noventi algo, muy menudita, y estaba ya con locura senil, y balaba, o rezaba en español, Padre amoroso querido, Virgen del carmen, en esta casa están todos locos, frase que llevo grabada en mi corazón desde entonces, acompañada de ese vibrato natural que ella le daba y de los gritos de dolor y los sonidos huecos de golpes que en la sombra de la noche, me hacían pillarme encima, y que no cagué, porque dios fue grande. Desmentirme, me dejó tan mentiroso, que ella se alejó de mí, y a fin de año, mamá me sacó de la escuela y me cambió al numero dos, con delantal blanco y por la tarde. Pero yo estaba hablando de la cercanía que tuvo siempre la locura, ya que con los años, después de que se sumara el abuelo José, al que ocultábamos como nuestro jardinero, y también golpeado por papá, vivía en la casita de la servidumbre, ya que su locura, lo llevó a juntar basura, usar un bastón, que era un palo de escoba con una Luna de plastico pegada en la punta, donde venía el helado, porque los Estados Unidos de América, habia llegado a la luna, al menos, eso nos hicieron creer, y creo que Laponia, sacó esta novedad, y él se sumó a su manera. Como tampoco olvido, el sonido que tienen las pisadas de pies descalzos, sobre piso de madera, toda la noche yendo y viniendo sin parar, como efecto del super Emagrín, esas cápsulas de colores tan tentadoras, llenas de bolitas pequeñas de mas colores y una parte azul tuquesa, que dejaban sumergida en el insomnio noches y noches a mi mamá, hasta que se fue, llevada por mi tia Susi y la nona, una de cada brazo, y pensé que jamás la volvería a ver....... pero después, en la división de bienes, mi hermana se llevó esa locura, y vivir con ella, y ver todo el proceso desde el vamos, no fue facil, ya que la duda era si me pegaba y hacía esas horrendas escenas violentas, porque se estaba enfermando o porque me odiaba, y yo siempre le tuve miedo a la violencia, y a ella también, y no me dejó ayudarla. Después de que pude irme, aunque volví muchas veces por etapas y compartí nuevamente el mismo techo, ví como su hijo, uno de mis grandes amores, carne de mi carne, comenzó a perder la mirada, y tampoco quiso cruzarse a mi lado, Imagino que aunque en algun lugar de sus corazones, veían en mí, lo que la terapia, el trabajo, estaban logrando, pero sabían que era muchísimo el esfuerzo, y me dejaron tan solo, que aunque los sostuve hasta el final, se perdieron.
Willy Lemos
domingo, 11 de julio de 2010
De Locos, Todos tenemos un Pocos.
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uno de tus mejores cuentos....
ResponderEliminartan intenso, tan de adentro....
admiro tu tarea de hilvanar estas historias para regalarnoslas como un collar de perlas enhebrado delicadamente.
ups! me dejé llevar por el clima de las fotos!
te adoro!